domingo, 18 de diciembre de 2011

Vive sin temor a nada.


Muere lentamente quién evita una pasión, quién prefiere el negro en vez del blanco y los puntos sobre las "i" antes que un conjunto de emociones, justamente aquellas que hacen brillar los ojos, aquellas que hacen de un bostezo una sonrisa, aquellas que hacen latir el corazón ante un error y ante los sentimientos.

Aquellos que mueren de verdad son aquellos que no viven.
Aquellos que se esconden porque piensan que podrían decir los demás.
Que hacen descuentos a la felicidad.
Aquellos que actúan siempre de la misma manera pensando que no podrán hacer nunca algo diferente, que piensan que amar sea una jaula, que no hacen nunca pequeñas locuras para reírse de ellos mismos o de los demás.
Están muertos aquellos que no saben pedir ayuda y tampoco saben darla.

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